viernes, 8 de marzo de 2013

Viento y roca


¿Se han preguntado que es el progreso? En estos tiempos tan dinámicos se habla demasiado del progreso, pero que es en realidad.
El verdadero progreso no es seguir una ideología ciegamente, ni tratar por todos los medios posibles alcanzar metas y éxitos para sentirnos satisfechos.
El progreso no tiene que ver con aferrarnos a cosas que parezcan novedosas y llenas de brillo. El progreso no se encuentra en seguir lo que la gente va imponiendo conforme se va avanzando en una época determinada, eso es la moda, lo pasajero, lo temporal.
Si uno avanza en un bosque y se equivoca en el camino, el progreso no es seguir inútilmente hasta llegar a donde se termina el camino, o a un precipicio; el progreso es regresar al momento en que se equivocó y desde ahí continuar por el camino correcto.
De igual forma con la vida cuando uno equivoca el camino, lo correcto no es continuar hasta dar de bruces contra el inevitable fracaso, pérdida o dolor generado como consecuencia. Pues de los errores se aprende, eso es inevitable y con el errar se aprende que ese camino genera infelicidad. Qué bueno que se aprende, pero si no, si se sabe con certeza que lo que hace uno para conseguir lo que quiere en su vida es erróneo y continuar como si no lo supiera o no le importara, eso es necedad.
Y más si como sociedad continuamos haciendo lo mismo que nos lleva a la ruina, mismos crímenes, misma corrupción, misma indiferencia, etc. El mismo mal toda la vida, seguir aferrándonos a los valores equivocados, a las personas equivocadas, a las ideologías equivocadas.
El problema es tratar de relativizar éstos valores y decir que no existe nada absoluto, que todo va y viene que en la época tal existieron tales valores y en la cultura tal estos otros. Que la belleza al ser algo tan relativo es considerada así en determinadas culturas y en otras de forma muy distinta.
Existen por cierto valores relativos, como la belleza, la propiedad cultural e intelectual, pero no se quiera cortar todo con la misma navaja; porque se perdería de vista algo fundamental que es la belleza de lo absoluto y todo quedaría reducido a un montón de caprichos sin sentido.
Ahora lo quieren explicar con esto del progreso que el bien y el mal son relativos y que siempre lo han sido y que es un insulto a la sociedad moderna querer imponer valores absolutos al mundo. Cuando la verdad es bien diferente, a quién le gustaría que entraran a su casa y se llevaran algo que consideran valioso; yo creo que a nadie en su sano juicio, pero entonces si le preocupa a la gente que entren a su casa a robar y ponen alarmas no ¿nos dice que algo inscrito dentro de nosotros como personas nos marca a que eso está mal? Que entrar a robar está mal porque cuando nos lo hacen nos desagrada. Entonces porque decimos que todo depende del punto de vista de cada persona, si en realidad sí nos molesta y hasta nos enoja. Que hay de la traición, incluso a la parte beneficiada por la traición, desprecia al traidor.
Esto es algo universal, pues en cada cultura de cada época han hecho leyes que penalicen el robo, el homicidio, y un largo número de crímenes. La idea de progreso no es la que como sociedad vivimos en que nos dedicamos a seguir los parámetros marcados, ni la que cada quién hace el capricho que se le ocurre el momento. El auténtico progreso viene de una vida llevada en base a los verdaderos valores que son absolutos, la verdad, la bondad, la honestidad y el valor más importante quizás: la trascendencia el creer en algo divino, o un poder superior que nos ampara.
De esto último se hablara después en otra entrada, por ahora quedémonos con esta idea del progreso.

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